¡Santígüense cada vez que escuchen nombrar a ese tipo de sindicalismo! Será un buen ejercicio para evitar males peores de los que ya conocemos.
Por Jesús Salamanca Allonso / ¡Qué pena de frustrantes sindicatos, mal llamados obreros, si ni siquiera los trabajadores queremos tenerlos cerca ni que nos representen! Al parecer, las medidas concretas y el plan de ejecución se van a instrumentar entre el Servicio Público de Empleo Estatal y la Comunidad Autónoma de Canarias. Ya empieza a oler mal.
Se dota con 63M de euros y se deja que los sindicatos «beban» de ese Fondo.
Sigue sin gustarme ese Plan. No me ofrece fiabilidad todo aquello donde los sindicatos, mal llamados obreros, meten la mano, el hocico, la nariz o la lengua. Ya han sido condenados varias veces por la Justicia y nunca asumen su responsabilidad y, si hay que pagar, se paga con patrimonio sindical, en vez de hacerlo con patrimonio personal. Nunca son responsables de nada, al igual que no lo es el Gobierno: de los primeros miren a Andalucía y, respecto al Gobierno, vuelvan la vista atrás para comprobar las irresponsabilidades cometidas durante la pandemia y sus años al frente del Gobierno.
Si tienen ocasión, no dejen de estudiar detenidamente el Título III del Real Decreto-Ley 20/2021, de 5 de octubre, por el que «se adoptan medidas urgentes de apoyo para la reparación de los daños ocasionados por las erupciones volcánicas y para la reconstrucción económica y social de la isla de La Palma». Se dota con 63M de euros y se deja que los sindicatos «beban» de ese Fondo. ¿Apostamos a que se lo beben todo y dejan las necesidades de los palmeros con un palmo de narices y el rostro boquiabierto? ¡Pobres palmeros si esperan que los sindicatos clasistas, mal llamados obreros, los ayuden a salir adelante y recuperar su ansiada normalidad!
¡Santígüense cada vez que escuchen nombrar a ese tipo de sindicalismo! Será un buen ejercicio para evitar males peores de los que ya conocemos.
Sindicatos, sindicatos clasistas, mal llamados obreros.