Yolanda Díaz quiere poner paz porque nunca se ha visto en otra igual, postura que también defiende el inservible ministro Garzón
Por Jesús Salamanca Alonso / El cumplimiento de la legalidad ha creado barrera entre los socios de Gobierno, socialistas y comunistas, y empieza a pasar factura. Primero, porque la ultraizquierda quiere quedar por encima de sus «primos carnales», los socialistas, y, segundo, porque en socialismo no se ve con buenos ojos eso de continuar en coalición con los comunistas. No será fácil preservar el estado de salud de la coalición actual. Prueba de ello es que el expresidente extremeño, Ibarra, no ha dudado en decir de Yolanda Díaz que es «peligrosa» debido a que se ha amamantado en ubres comunistas.
La petición de dimisión de Maritxell Batet desde las filas del comunismo teatrero y teatralizado ha acabado por distanciar a los dos socios mayoritarios, incluso al extremista y sectario Podemos respecto a «la Yoli». Ésta quiere poner paz porque nunca se ha visto en otra igual, postura que también defiende el inservible ministro de Consumo, Alberto Garzón, más preocupado de no publicitar galletas, helados y chuches en TV que de lo verdaderamente importante y necesario. Eso de perder tantos miles de euros mensuales sin dar capotazo es muy duro y sus asesores los tienen cogidos por los…estatutos y por los sueldos. Sigue leyendo