Hoy, después de 50 años de su muerte, muchas personas siguen recordando a Ernesto “Che” Guevara como un luchador por la justicia social. Para muchas celebridades, políticos y activistas, el Che Guevara es una especie de buen samaritano que luchó contra la opresión y la tiranía. Es lamentable, sin embargo, que estas personas ignoran algunos de los rasgos del carácter de su ídolo.
El Che Guevara fue de hecho un hombre intolerante y despreciable.
En el proceso de la edificación de una sociedad comunista después de que Fidel Castro llegara al poder en 1959 en Cuba, una de las ideas que el Che Guevara presentó y promovió fue la noción del “hombre nuevo”. Este concepto surgió de la aversión de Guevara al capitalismo, y fue explicado por primera vez en su nota sobre “El hombre y el socialismo en Cuba“. Creía que “el individuo bajo el socialismo (…) es más completo”, y que el Estado debe educar a los hombres y mujeres en valores anticapitalistas, cooperativos, desinteresados y no materialistas.
Cualquiera que se desviara del “hombre nuevo” era visto como un “contrarrevolucionario“. Tal era el caso de los homosexuales, a los que Guevara se refería como “pervertidos sexuales“. Tanto Guevaracomo Castroconsideraban la homosexualidad como una decadencia burguesa. En una entrevista en 1965, Castro explicó que “una desviación de esa naturaleza choca con el concepto que tenemos de lo que un militante comunista debe ser”.
El Che Guevara y su odio implacable contra los homosexuales, a los que condenó a trabajos forzados “para curarlos”