Estamos ante un simple saludo informal. Hasta Estonia ha tenido mejor trato y reconocimiento que España.
Por Jesús Salamanca Alonso / No fue un encuentro entre presidentes en los aledaños de la OTAN. Tan sólo fue una postiza conversación, sin respuestas por parte de Joe Biden en el trayecto hacia la foto de familia de la Cumbre de la Alianza Atlántica que tuvo lugar en Bélgica. De ello se han hecho eco los memes: cuentan las malas lenguas que, mientras Sánchez abordó a Biden y avanzó a su lado por el pasillo, durante 29 segundos, en el pinganillo de seguridad le indicaban los movimientos: “Ni caso al vendedor de mentiras, presidente. Se ha colado por culpa de Kamala Harris a cambio del donativo de 6,5M de euros para la pobreza en Sudamérica. No conteste, es el hermano tonto de Zapatero”.
La fábrica de mentiras de Moncloa ha hablado de encuentro, cumbre, reunión… Nunca más lejos de la realidad y nunca más cerca del ridículo mundial. La torpeza de la diplomacia española no conoce límites para la vergüenza, el esperpento y la capacidad de ridículo. Estamos ante un simple saludo informal. Hasta Estonia ha tenido mejor trato y reconocimiento que España; el comunismo dentro del Gobierno está haciendo mucho daño y genera un desprecio absoluto en todos ámbitos. Sigue leyendo