Óscar Puente está convirtiendo la ciudad de Valladolid en una ciudad deprimente, abandonada, sucia e intransitable. La insensatez de destrozar un largo tramo del Paseo de Zorrilla la hemos vivido durante meses y, para rematar, ha eliminado un carril de circulación que lo ha dedicado a carril-bici. Un carril más peligroso que Pedro Sánchez al frente del Gobierno de la nación o Pablo Iglesias cuidando residencias de ancianos.
El citado carril-bici está junto a la acera y los ciudadanos llegan a él mirando al semáforo de enfrente, con lo que al ponerse verde ya ha habido más de un atropello y decenas de sustos. Los agujeros y el deficiente asfaltado, lo dejamos para otro día porque hay mucha tela por cortar. El tal Puente, dictadorzuelo de tres al cuarto, ha destrozado la convivencia y, si no era suficiente, la toma con cualquier político o ciudadano que le plante cara y dé argumentos contrarios a sus bravuconadas, al pensamiento único de corte marxista o a la mala planificación de sus obras.
Del abandono generalizado dejamos muestra en la foto que hemos capturado en Twitter. Es una pequeña representación, pero esas escenas abundan a lo largo de la ciudad. Como testigo de ello a diario, doy fe.