Por Gil de la Pisa / EL CORREO DE ESPAÑA / Recién regresado a España, me hizo gracia oír a un delegado comercial de mi empresa para calificar a cierto sujeto, la expresión. “Es una mierda pinchada de un palo”. Me chocó tanto que han pasado sesenta años y aún me río cuando recuerdo la escena. Quizás se fijó y no la he olvidado, por haberme abierto los ojos sobre una realidad no vivida hasta ese momento.
Y eso me hace preguntarme hoy por la razón de vivir en la información diaria, con esa “mierdecita argentina”, aburrida, inexpresiva, sosa y monótona como un disco grabada por robot. Vino a matar su hambre a España y hoy es el rey del Barrio de Salamanca madrileño, desde donde se ríe de nosotros gracias a los millones robados por sus compinches desde los organismos oficiales, asaltados constante e impunemente. Sigue leyendo