Eloy R. Mirallo (El Correo de España) / Se están dando casos muy curiosos, por no llamarlo auténticas cabronadas, en este país -al que le está quedando demasiado ancho y largo el nombre de España- como consecuencia de la falta de la capacidad de la tropilla de descamisados intelectuales que se han apoltronado en los pesebres del poder y se están poniendo hasta las orejas de forraje.
Casos o cabronadas -sí, más bien lo segundo- que nos deja a la personas decentes, o sea, a los que no somos políticos, en unas inaceptables condiciones que dan de plano en lo que la Justicia denomina secuestro y que nos deja en total desamparo. Sigue leyendo