Una cruz de término o cruz de humilladero es un tipo de monumento con forma de hito o mojón que se colocaba antiguamente a la entrada de las ciudades, villas o pueblos. Era una muestra de pìedad cristiana por parte del pueblo y para su fomento entre los viajantes.
Dice la RAE que un humilladero (De humillar y -dero) es un lugar devoto que suele haber a las entradas o salidas de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o imagen. En la edición de 1826 ya nos lo definía de esa manera.
Al parecer, según el lugar donde esté enclavado el humilladero, incluso del autor que aborde el asunto, la estructura de ese concepto puede variar aunque siempre reciba el mismo nombre: “humilladero“.
En concordancia con lo anterior, puede ser una ermita de pequeño tamaño, un pular o varios de piedra, una cruz de término, un crucero, una picota… Elementos como pequeñas ermitas, pilares de piedra, cruces de término, pairones (o peirones), esconjuraderas, cruceros o incluso picotas y suelen incluir una pequeña edificación en torno a la característica cruz. (Ver) Según he podido comprobar en numerosa bibliografía de Cantabria, los humilladeros reciben el nombre de “santucos”
Las picotas son columnas con más o menos ornamentación y sobre ellas se exponía a los reos, incluso las cabezas y/o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil. La mayoría de las picotas proceden de los siglos XVI y XVII como consecuencia de las exenciones que se otorgaban a todos aquellos lugares que hicieron aportaciones económicas a la Corona para sufragar los cuantiosos gastos de la guerra. Se supone que se destruyeron muchas picotas pero algunos ejemplares fueron reconvertidos en cruceros para evitar la demolición. Por estos y otros indultos hoy todavía se ven algunos en pie.