El populismo no perdona. Lo que antes fue odio aventado y humillación a Rajoy, hoy son lágrimas y va a ser sufrimiento porque esto acaba de empezar.
Por Jesús Salamanca Alonso / “La democracia no puede soportar delincuentes a los mandos del Gobiernos”, decía el “señor marqués” de Galapagar mientras miraba al entonces presidente, Mariano Rajoy. La audiencia debía traducirlo como que el final del Gobierno de Mariano Rajoy había llegado. No mucho antes advirtió gráficamente lo mismo con aquel “tic-tac, tic-tac…” El tiempo empezaba a contar para darlo por finiquitado. Y tenía razón. Quiero pensar que ahora lo recuerda, justo en el momento en que las cañas se le han vuelto lanzas. A Rajoy nadie le ha acusado de corrompido o de pretender medrar, pero Iglesias ya llegó envuelto en sospecha y corruptelas. Los ayatolás le abrieron tanto camino que ha acabado inundado y sin poder transitar por él. Sigue leyendo