Esa siniestra banda ha besado los escaños, bendecido a Pedro Sánchez, esputado al contrario y justificado una limpieza democrática que no era tal.
Por Jesús Salamanca Alonso / Llevamos años escuchando a Pablo Iglesias esa cantinela de la “casta”. Nos hemos hartado de escuchar eso de la “regeneración”. Pasaban por lo morros de los líderes de los partidos que eran ellos el germen de la “limpieza”. Daban a entender que la bandera de la honestidad solo podían exhibirla y ondearla ellos, Unidas Podemos. Y a pesar de su vinculación venezolana, su reverencia al país de los Ayatolás y la búsqueda y captura que pende sobre algunos líderes podemitas, por parte de Bolivia, Colombia y EE.EE., ya tiene su propia trama “Gürtel”. Ha entrado en su casa: los ha invadido, podrido, imputado y veremos si condenado.
Apoyaron a Sánchez porque decían que el PP había sido imputado por corrupción y apropiación indebida, pero el recurso a la Justicia demostró la metedura de pata del juez de turno. El caso es que el Partido Popular fue exculpado. ¿Alguien ha escuchado pedir perdón a la extrema izquierda que se va a comer los marrones próximos? Hasta han pretendido revolver la pecina del albañal y mezclarlo con la salida de España del emérito; un emérito que puede salir y entrar cuantas veces lo desee. Juan Carlos I no es un huido de la Justicia como lo son Puigdemont, Marta Rovira, Valtónic y otros secuaces golpistas. “Hundidas Podemos”/”Hundidas Pandemias” tiene la corrupción en plena cocina, además de gastos sin justificar, irregularidades contables, sobresueldos, caja B, sobres encubiertos y trapacerías a montones. Sigue leyendo