“El ‘señorito’ Iglesias, instalado en el insulto y el odio, trufa su falta de argumentos con el reparto de carnés de demócrata,…”
Por Jesús Salamanca Alonso / Viniendo de donde viene no se podía esperar otra cosa del “marqués” de Galapagar, Pablo Iglesias. Parece que a los “Pablos Iglesias” les persigue la falsedad y la mentira. El socialista, a quien consideran fundador del PSOE, no tuvo inconveniente en ocultar su verdadero nombre, como está suficientemente demostrado por la historiografía; se llamaba Paulino, y no Pablo: no tienen más que estudiar “La Historia oculta del Socialisno” (ArC Editores) y corroborarlo. A éste, el de hoy, podemita, mentiroso y ‘barato verborreico’ tampoco se le caen los anillos por mentir y hacer odiosos eufemismos. Hace planteamientos terroristas propios de quien ha mamado el odio o ha sido amamantado con las ubres del rencor.
Al menos, Paulino, pero con el nombre de Pablo desde que llegó a Madrid procedente de Ferrol, tuvo la valentía de ser uno de los primeros obreros españoles que pidió su ingreso en la Internacional, con tan solo 20 años. ¿Pero qué ha hecho de provecho el “marqués” desde el punto de vista político? ¿Asesorar a Chávez para arruinar Venezuela? ¿Azuzar odio contra la disidencia? ¿Echar a la “policía política” venezolana contra la Resistencia? Ya me dirán qué va a aportar este personaje en la comisión de reconstrucción cuando, desde el Gobierno, solo se crea ruina, muerte y odio como alternativa a una economía que estaba boyante. Sigue leyendo