Si el ébola hubiera matado a 3.500 españoles, como el coronavirus, la izquierda hubiera quemado España, levantado los cementerios y banderilleado a las monjas, como hizo en 1936.
Por Jesús Salamanca Alonso / Pintan bastos y seguirán pintando durante mucho tiempo. “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal sino por las que se sientan a ver lo que pasa”, decía Einstein. Otro día veremos cómo la dignidad sí la ponen en práctica los hombres buenos y solidarios: ahí tienen el caso de Amancio Ortega frente a la egoísta y degenerada actitud de la ultraizquierda española. Ya decía Manuel Viola que “Lo malo de la caridad es que no tiene fondo”. Sigue leyendo