Muchas de las medidas que Oriol Mitjà anunciaba como necesarias, el Gobierno ha tardado en llevarlas a cabo. Lo ha hecho tarde, mal y a lo largo de seis días.
Por Jesús Salamanca Alonso / Me estoy hartando estos días a leer que hay que intentar hacer viral el mensaje de que “los políticos del Gobierno no cobren este mes y donen el dinero para la compra de material sanitario”. No está mal como idea; máxime si tenemos en cuenta que muchos de ellos, junto con otros personajes mediáticos, alentaron a acudir a la negligente, despreciable y desprestigiada manifestación del 8M; los mismos que se han callado y permitido a Fernando Simón hacer alarde de falsedades premeditadas. Menos mal que el infectólogo, Oriol Mitjà, le ha puesto en su sitio, a la vez que pedía el cese de la Comisión de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y del Comité de Emergencias Español.
El Gobierno ha dejado que la epidemia avanzara en exceso. Ahora mismo falta de todo: “(…) material médico, desbordamiento de los hospitales, un crecimiento incesante en el número de casos porque el confinamiento no está siendo efectivo y un movimiento de poblaciones infectadas que están saliendo de zonas altamente epidémicas hacia otras regiones de España”, dice Mitjà. Precisamente por eso todas las actuaciones siguientes tienen que ser más agresivas. Muchas de las medidas que Oriol anunciaba como necesarias, el Gobierno ha tardado en llevarlas a cabo. Lo ha hecho tarde, mal y a lo largo de seis días.
Respecto al confinamiento de los políticos que deben estar en cuarentena en los domicilios, decía Fernando Simón que hay excepciones que son razonables. Se refería al irresponsable presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al voceras-bocachanclas vicepresidente, Pablo Iglesias. La ignorancia de Simón ya es reiterativa, dañina y denunciable. El clímax de la estupidez llegó cuando afirmó quie había personas que — aun estando en contacto con la epidemia– por las razones que sean se tiene que hacer excepciones. ¡Anda que no deberían hacerse excepciones con miles de españoles cuyo trabajo es imprescindible para la sociedad!
Tontería tras tontería, en el Gobierno sigue habiendo personajes que si no salen en la foto se dan de cabezazos. Son catedráticos de la estupidez con complejos de inferioridad que se tiñen en mecanismos de compensación y se nos presentan como salvadores de la patria o de la crisis sanitaria actual. ¿De qué nos sirven actitudes negligentes, como la de Pablo Iglesias y su barragana: uno con su vulgar discurso comunista llevado a Moncloa y la otra borrando los ‘tuits’ que escribió sobre la “manifa” del 8M o volviendo a casa “sola, borracha….y con coronavirus”? Tampoco nos sirven actitudes como las del 8M, con la que el vulgar feminismo español ha cavado su propia tumba en el panteón de la degeneración más insolidaria.
En ambos casos son personajes perfectamente prescindibles por su ineficacia permanente, el desorbitado gasto que suponen para la ciudadanía, su oscuro pasado, su deficiente formación, reiterada cobardía, negligente actuación y la defensa de unas ideas trasnochadas, absurdas y enquistadas, además de muy propias de la casta degenerada y retroprogre. Lean esta chuminada del “marqués” en su mitin en Moncloa: “El coronavirus sí distingue de clase social”: se refiera a lo que se refiera, lo cierto es que él y su demérita ministra doméstica sí han sido privilegiados con test desde el primer momento, en tanto que la inmensa mayoría de la población son dejados de lado. ¡Cuanto más asumen la casta, más indeseables se vuelven!
Esa es la casta más represiva, paranoica, ñoña y privilegiada, capaz de engañar siempre, a todos y en todas cuestiones. Mucha casta chulesca pero, como siempre, los que dan ejemplo y vuelcan su patrimonio con la ciudadanía son los Amancio Ortega, Rafa Nadal, los Gasol, Feliciano López y miles de anónimos ciudadanos. Aún no he visto contribuir desinteresadamente a ninguno de los ‘titiriteros’ que viven de la subvención y la mamandurria que pagamos todos, incluido Amancio, Rafa, hermanos Gasol y Feliciano. Cuando regrese al Gobierno el sentido común, volverán al “No a la guerra”, “No a hilillos de plastilina”, “Muerte al Gobierno”, “No me representan”, “En mi nombre NO”….