La actuación teatralizada de Irene Montero en el Parlamento puede servir para utilizar un megáfono y da gritos en la esquina, pero nunca para hacer política. ¿Se puede caer más bajo?
Por Jesús Salamanca Alonso / Borde y fofa, hasta más no poder, ha resultado la intervención de la barragana de Pablo Iglesias. Así ha resultado la podemita, Irene Montero, en el Parlamento español, No domina el lenguaje parlamentario y ha caído en un lenguaje de calle que, en algunos momentos, ha resultado excesivamente vulgar y cutre. ¡Aquí se duermen hasta las ovejas! han dicho muchos parlamentarios. Hasta el líder de la casi inexistente Izquierda ‘Hundida’ ha dicho que “lo de esta tía es impresentable e insufrible”. ¿Acaso alguien esperaba más de la ‘Yoko Ono’ podemita? Pues yo, no. Doy fe,
Para algunos, ha comenzado con pinceladas que parecían tener interés, pero s eha perdido en ola hojarasca del monte y ha tropezado con decenas de piedras en el camino, además de demostrar que no domina el Parlamento y mucho menos el discurso parlamentario. Su actuación puede servir para utilizar un megáfono y da gritos en la esquina, pero nunca para hacer política. Sus intervenciones me suenan a sindicalismo barato y trasnochado. “El manifiesto de la portavoz de Podemos en el Congreso, fue perdiendo intensidad, interés y se convirtió en monótono que aburrió hasta los periodistas allí presentes”, dice Casoaislado.com Sigue leyendo