“¿La ignorancia puede llevar a gastar dinero en una campaña contra el “despatarre” en lugares públicos, cuando es una simple cuestión educativa?”
Ejemplos de despatarre de la izquierda insolidaria, incívica y aberrante.
Por Jesús Salamanca Alonso / Es verdad que, quien practica el “despatarre” en el transporte público, comete un claro abuso y el más perjudicado es el compañero de asiento – además de demostrar que es un mal educado e incivilizado– pero eso se resuelve con una mirada fija, una ‘cara de perro’ o una simple llamada de atención, con educación y con cortesía; nadie se resiste a cambiar de actitud ante un requerimiento así.
Estas formaciones de la izquierda medieval solo ven perjuicios a la mujer (dicen que es quien más sufre la actitud del “despatarre” ¿?) porque las consideran erróneamente inferiores. Y me atrevo a decir que las consideran, también, tontas: como si la mujer de hoy no supiera defenderse o enfrentarse a un cafre abusón, desnortado y chulesco. Volvemos otra vez a los mil y un errores de pensamiento de la izquierda cavernaria, acomplejada y gaznápira.
Las campañas están para otras cosas. La ignorancia puede llevar a gastar dinero en una campaña contra el “despatarre” en lugares públicos, mañana otra contra las molestias que ocasionan los mosquitos trompeteros y, dentro de unas semanas, contra el fin de la campaña del espárrago de Tudela de Duero.
Corten esas estupideces, señores y señoras ‘cuperos’. El espatarre o despatarre se corta con la pertinente llamada de atención, la educación desde casa y el civismo requerido para saber convivir. La CUP, como formación machista que demuestra ser, no debería aventar tantas estupideces porque su pretensión ha llevado a que se convierta en la diana de mofas, sarcasmos y pedorretas, además de burlas permanentes en las redes sociales.