A Arthur Mas no se le juzga por capricho o por actuar contra algo relacionado con Cataluña. Nos estamos pasando de castaño oscuro y eso se paga. Ya verán cómo y cuándo se paga.
Por Jesús Salamanca Alonso / Este hombre vive acojonado, a pesar de que ETA “duerme”. Me refiero al lehendakari, Iñigo Urkullu. Es lo más parecido al Guadiana, tanto pronto asoma como se esconde y — como dicen en el País Vasco — es lo más superficial que puede llegar a presidente de algo; claro que, pensándolo bien, solo es lehendakari: exactamente igual que el presidente de mi comunidad autónoma.
Llegado a este punto, este remedo de presidente entiende que el juicio contra el expresidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y las exconselleras, Joana Ortega e Irene Rigau, es un día triste. Exactamente he desayunado con la expresión: «un día triste para la política». Además entiende que es muy urgente un nuevo diálogo. Sigue leyendo