Parece que estamos ante el cuento de nunca acabar. Mismas cosas, diferentes años. Nula innovación en todo momento.
Por Jesús Salamanca Alonso / Si hace unos días demostrábamos cómo la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León tenía abandonada la educación de personas adultas, hoy podemos dar fe de cómo también los sindicatos de la enseñanza no se preocupan de esta variante del sistema educativo. En ambos casos el motivo es el desconocimiento, falta de interés y evidente desidia.
Nos hemos hartado a hacer propuestas sobre la educación de adultos, pero suelen caer en el saco sin fondo o en el monte del olvido. Incluso voy más lejos: mientras el consejero de educación reconoce que los centros de adultos de Castilla y León sí deben tener horario destinado al coordinador de convivencia en los centros, los servicios periféricos no lo reconocen y se esconden. Así ha sucedido durante el presente curso. Mayor descoordinación, imposible.
Desde los servicios periféricos, lo que no está en una norma -resolución u orden– no es válido, ni siquiera aunque lo recuerde y/o reitere el consejero en carta particular a un profesor y -posteriormente – a los titulares de los servicios periféricos. En mi pueblo eso se llama desorganización, caos, dejadez, desidia, desaprovechamiento, descontrol. Y en cuanto a la actuación hasta nos vale la expresión sinónima de caos: “Peor que el ejército de Pancho Villa”. Bien es verdad que todo ese desaguisado se arreglaba con una «corrección de errores» referida al documento donde debió de aparecer; por ejemplo: instrucciones de comienzo de curso.
Y si no le interesa la educación de adultos a la Consejería de Educación, menos aún interesa a los sindicatos de la enseñanza, más preocupados de las liberaciones, las subvenciones y la dulce vida del buen vivir. Pongo solo un ejemplo, pero podría poner dos docenas: cuando hablan de mejoras de plantillas, marean la perdiz una y otra vez. Las mismas cosas desde hace veinte años. Ni por asomo mencionan la EPA, cuando es la variante del sistema educativo donde más se han destrozado las plantillas, reconvertido profesorado, suprimido plazas, etc. al menos en Castilla y León. Y siguen sin enterarse porque no les conviene. Si tras veinte años en la misma trinchera, y con la misma munición, no han conseguido nada, eso quiere decir que su trabajo ha sido inútil y no merece la pena seguir en esa línea; la empresa privada habría presentado un ERE o hubiera cerrado, pero como la “pólvora del rey” es de todos… seguimos disparando al vacío y con los ojos cerrados.
Fíjense en lo que digo: hablan de reducir el número de alumnos/as; de regular apoyos, desdobles y refuerzos; dotar de PT/AL y PT de SC; crear departamentos de orientación; revisar plantillas del medio rural; reducir ratios de infantil y primaria (acabarán por incitar a la Administración a más supresiones); ratios de materias comunes de bachillerato; educación compensatoria; acuerdo marco sobre plantillas jurídicas (algo complicado de hacer porque varían de un curso a otro). ¿Ven algo sobre mejorar la educación de personas adultas? ¿No? Pues yo tampoco. Por cierto, estuve liberado dos años (casi en la otra vida) y sé de qué hablo.
Parece que estamos ante el cuento de nunca acabar. Mismas cosas, diferentes años. Nula innovación en todo momento. En fin, son los bueyes que tenemos y es con los que hay que arar. Mientras, hay comunidades autónomas que se hunden en educación aunque tras los informes PISA (que ya casi nadie cree en ellos porque fallan por la base) algunos políticos saquen pecho por ignorancia.
Por cierto, ni palabra respecto a recuperar los derechos sociales, retributivos y profesionales del profesorado. Que alguien me demuestre que las liberaciones sindicales no son un gasto inútil. Recuerden que por cada liberado, la Administración debe sustituir a ese funcionario y pagar a los dos.