“El funcionamiento de ese tipo de centros es para la inspección educativa algo así como “música celestial” sonando en los pinares de Castilla”.
EDITORIAL / Fíjense hasta qué punto pasa la Administración educativa de los temas de convivencia que, cuando el consejero de educación da por escrito que debe destinarse horario semanal a los coordinadores de convivencia, algunos inspectores dicen a los jefes de estudio que eso no es válido porque no es una resolución ni orden ni norma que deba aplicarse.
¿Aprecian ustedes la descoordinación existente? Y no es un caso aislado y puntual. Y tampoco son dos casos. Pues bien, a eso se llama “desprecios colaterales” y también “mediocres entendederas”. Y por cosas así, desde los servicios periféricos de educación no se aprueban los horarios de los centros, sobre todo de centros de idiomas y de educación de personas adultas para los que no se tiene una política de actuación definida y clarificadora. El funcionamiento de ese tipo de centros es para la inspección educativa algo así como “música celestial” sonando en los pinares de Castilla.