Digno el paso dado por Rosa Valdeón, pero la imagen que deja es de bebedora e irresponsable.
Jesús Salamanca Alonso / El volante y la bebida no son buenos compañeros. No hay más que recordar aquello de “si bebes, no conduzcas”. Y miren por dónde, otra vez ha vuelto a pasar. Por suerte no ha habido accidente con consecuencias mortales, pero sí el ridículo de tener que pedir disculpas y dimitir. La noticia saltó a los medios el viernes y la prensa de Castilla y León se repartió el sábado con titulares como “Dimite la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón”.
Antes de dar el paso se lo notificó a Juan Vicente Herrera. Estoy convencido que le sentó fatal porque para él, y para buena parte de la ciudadanía, Rosa Valdeón era “la joya de la corona”. A nadie se le escapa que era una de las candidatas a suceder al actual presidente. Coincide que siempre fue una gran vasalla trabajando al lado de un gran señor. Médico de profesión y colaboradora en ONG sorprende cómo ha dilapidado su carrera política. Sigue leyendo