Miren a Corea y comprueben que hasta en los móviles personales hay control, censura y castigo.
Por Jesús Salamanca Alonso / Toda esa tropa de algarada y pandereta que es la actual izquierda española tiene socios ansiosos de participar en las migajas leninistas y comunistas. Miren a Garzón, el comunista de Izquierda ‘Hundida’, y la operación de integración de esa izquierda en ‘Podemos’ (no sé si integración o absorción, pero venta encubierta para disfrute de la Hacienda pública).
Es un acto claro de bajada de pantalones. Garzón se ha puesto mirando a Cuenca, a la vez que ha dejado que los podemitas pasen en fila india para ‘recibir’. Y todo parece indicar que lo hace con gusto. A este personje le importa el comunismo lo mismo que a mi; es decir, nada de nada y para nada. Lo que sí le importa es ocupar un sillón para no quedarse a la intemperie. Sabido es que en la intemperie hace frío y el atroz comunismo lleva mucho tiempo congelándose, como no podía ser de otra forma: hoy, el comunismo, es una vuelta atrás donde viven tres y los demás quedan esclavizados. Miren a Corea y comprueben que hasta en los móviles personales hay control, censura y castigo.