El mercado bursátil español se encamina hacia un momento decisivo en el que se decidirá si continuamos con la leve recuperación o si por el contrario presenciaremos nuevas caídas.
El otro día vino de visita a Madrid un amigo mío que trabaja en Londres en uno de los principales bancos de inversión del mundo. Estuvimos hablando de los viejos tiempos en la universidad, de la reciente Copa de Europa ganada por el Real Madrid y también de los mercados.
Mi amigo me comentaba que durante las últimas semanas los mercados bursátiles más importantes apenas se habían movido de un estrecho rango, pero que con la llegada del verano esto iba a cambiar.
“No sé si será para arriba o para abajo, pero con la pérdida de liquidez del mercado en los meses de verano veremos un movimiento brusco con gran probabilidad”, me dijo mientras tomábamos una cerveza en una terraza.
La idea de que con el verano aumenta la volatilidad no es nueva. De hecho ya lo comenté en esta misma columna el pasado 19 de mayo.
Esta idea de que un movimiento brusco sacudirá a las bolsas, y a la bolsa española en particular, nos lo demuestra el aspecto gráfico del Ibex 35