Por Jesús Salamanca Alonso / Ahora son ellos, Sánchez y Rivera, quienes deben saber qué hacer y cómo sumar los votos necesarios para intentar formar Gobierno. Otra cuestión bien distinta es gobernar. Por eso doy fe de que están ‘acongojados’ por las presiones que están sufriendo ambos. Pedro Sánchez sabe que es su última oportunidad y que — sea o no presidente del Gobierno– no va a volver a salir como secretario general del PSOE y, posiblemente, tampoco como líder a la presidencia del Gobierno español. Alberto Rivera también empieza a ver cómo aparecen en su partido raros personajes en el mundo de la corrupción o simplemente como borrachos que se mofan de la autoridad municipal (léase el concejal del Ayuntamiento de Valladolid, recientemente expulsado del partido).
De todos es sabido que el Partido Popular ofreció sincero diálogo a casi todas las formaciones constitucionalistas, incluida la del ‘viruelas’, a pesar de su “No es ‘no’ en todas circunstancias”, pero rehusaron de tal ofrecimiento. Unas veces lo hizo por los medios propios y apropiados y, otras, por medio del IBEX35.Incluso desde las cancillerías europeas se está aconsejando la gran coalición donde el PSOE debe abstenerse. De no ser así, se cerrarán grifos económicos y puertas políticas: Europa no quiere más socialismo en una España donde los deberes por hacer estarán basados en los recortes sensatos y no en la búsqueda de cajones donde esconder miles de facturas que fracturen el déficit. ¡Europa no puede permitirse más socialismo y mucho menos representado por un cazurro, cuya esposa alardea de lo que no es y de lo que nunca podrá ser su media y mellada naranja!
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