Por Jesús Salamanca Alonso / Muchos podemitas se creían los reyes del mambo cuando, saltándose todas las leyes y normas, escrachaban a los políticos del Partido Popular, de UPyD,…. Lo mismo les daba plantarse en una universidad y paralizar una conferencia que interrumpir cualquier acto cultural de talla. Aún recuerdo el escrache que llevaron a cabo contra Rosa Díez; un escrache basado en la violencia y en el insulto, sin embargo el escrache llevado a cabo contra el concejal podemita de Madrid era un acto necesario y que dignificará la democracia. Incluso, en lo sucesivo debe haber más y con frecuencia. Motivos sobran, como todo el mundo sabe. Si la negligencia persiste, debe ser la ciudadanía quien la pare.
En su día hicieron sentir miedo a Soraya Sáenz de Santamaría y a su familia, como a muchos otros escrachados. Ayer decía el concejal madrileño que había sentido miedo. ¿Y qué esperaba? Ahora que los concejales podemitas ocupan cargos en las instituciones tendrán que soportar su propia incompetencia y el hecho de que la ciudadanía se lo recuerde. Es la misma medicina, pero revertida.
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