Por Ignacio Fernández Candela / En mi vida hay una guía muy sutil que me indica, cuando menos lo espero, aquello que da significado a los sacrificios para superar obstáculos y enfrentarse a adversidades.
José María quiso comunicar algo, sabiendo que le fotografiaba la prensa y consciente de que ese mensaje significaría mucho para mí. Siempre en sus tarjetas diarias ordenaba los asuntos del trabajo. No fue casualidad que escribiera mi nombre completo debajo.Me nombraba siempre como Nacho.
Le conozco y Dios ha querido que reciba su agradecimiento después de que se marchara. Así de sólido en el alma y así de sutil lo que me ha llegado de José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada: su legado moral como tesoro con mi profundo aprecio por él, el verdadero hombre desconocido. Seguimos luchando, en tanto, sus amigos por el empresario y los Inversores, los que lo merecen.