Por Jesús Salamanca Alonso / El comentario habitual y más generalizado entre la ciudadanía es la falta de ética y de sensibilidad que tienen los nuevos gobernantes con la problemática social. En muchos casos pretenden ser alcaldes y/o concejales de su círculo, el cual suele ser muy reducido y extravagante. Apenas ha pasado un trimestre desde que tocaron poder y, en algunos casos, como en el Ayuntamiento de Valladolid, les ha faltado tiempo para aceptar prebendas durante las ferias y fiestas de la ciudad, lo que ha llevado a la primera división interna de una de las ‘patas’ del trípode del Frente Popular del Consistorio vallisoletano.
En el caso de Madrid, Manuela Carmena ha perdido el norte, si bien son muchos quienes reconocen que ha perdido todos los puntos cardinales porque actúa como un pollo sin cabeza, una cabra en una discoteca o un elefante en la cacharrería antes citada. El primero en dar fe de ello es el propio Carmona, principal “plañidero” madrileño y cuya imagen ha quedado a la altura del betún. Ambos han demostrado tener una imagen, una postura y una palabra más falsa que un euro de goma.
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