Duele tener que afirmar con rotundidad que la propia administración educativa es parte del problema, pero no lo es de la solución.
Por Jesús Salamanca Alonso / Hace tiempo que venimos observando la intención de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León de eliminar la educación de personas adultas en la comunidad. La mejor prueba de ello es la nula planificación que existe desde los servicios periféricos y desde los servicios centrales. Nunca una administración educativa había hecho tanto daño a los centros y a los usuarios. Otra prueba más de la dejadez y del desprecio a la ciudadanía. A ello se une la preocupación del profesorado de educación de adultos al ver cómo la administración educativa destina a los centros profesorado que no es necesario, mientras prescinde de plazas necesarias; es difícil saber qué criterios sigue, aunque sí se conoce el fin: desmantelar a corto plazo este tipo de centros. Duele tener que afirmar con rotundidad que la propia administración educativa es parte del problema, pero no lo es de la solución.
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