Por Jesús Salamanca Alonso / Durante años, en el Partido Popular han estado todos a partir un piñón con Rodrigo Rato. No me equivoco si digo que, en los años ‘gloriosos’ de José María Aznar, el mismo Rodrigo era considerado por los suyos como el “primus inter pares”. Pocos ‘peperos’ no han sentido admiración por él en los años en que fue ministro de Economía y Hacienda, presidente del Fondo Monetario Internacional o en el momento en que Bankia salió a Bolsa.
Hoy las cosas han cambiado, por los delitos cometidos y porque a muchos les interesaba que así fuera. Ah, no lo olviden: el primer traidor, el ministro Cristóbal Montoro, a quien la envidia le consumía desde que Rato le mantuvo como segundón en la época de Aznar. Hay odios que no se consumen ni agotan y, como dicen en mi pueblo: siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Pues, por ahí va el cadáver. Sigue leyendo