Por Jesús Salamanca Alonso / Venimos comprobando desde hace tiempo que no se persigue el fraude real existente en el pago del paro. No se toca el creciente engaño existente con las ayudas familiares y las de 400 euros y pico por haber agotado el tiempo de paro. Tampoco se controla el abusivo tiempo de permanencia en el paro, a pesar de que, en este momento, si algo hay en España es trabajo. Se me abren las carnes cuando oigo hablar a seguidores de la incultura de Podemos, quienes aún esperan esos 600 euros con carácter genérico. ¿Quién se ha vuelto loco? ¿De dónde han soltado al gaznápiro ese que responde al nombre de Pablo Iglesias? ¿No será primo del pequeño Nicolás?
Abunda el fraude en los ‘burdeles’ sindicales, donde los liberados campan a sus anchas, mientras los empresarios tienen que abonar su nómina, costes de la Seguridad Social, derechos pasivos, vacaciones y pagas extraordinarias. Pero todos esos abusos no parecen importarle al Gobierno. Ni antes al Gobierno socialista ni ahora al de Mariano Rajoy. Los dos últimos Gobiernos han dañado a funcionarios y jubilados, sobre todo; precisamente, los menos culpables de la crisis. Sigue leyendo
