Ya verán cómo ese profesorado al que me refiero conseguirá salvar el curso con elegancia, profesionalidad y solvencia.
Todos inicios de curso suelen estar cargados de alguna incertidumbre. En esta ocasión son muchas, pero a pesar de esas el profesorado procura no dejarse influenciar por los tintes políticos que algunos sindicatos sectoriales intentar poner siempre. Y es que quienes más ‘ladran’ contra la LOMCE, son precisamente quienes dieron bendiciones a la LOGSE y la defendieron hasta más no poder; precisamente una LOGSE que ha destrozado a varias generaciones de muchachos y es el origen del tremendo abandono temprano y del fracaso escolar que ahora sobrepasa el 34% en España (dato que se oculta y no entiendo por qué; por intereses políticos suelen bajarlo al 32%).
No hay que ocultar que los duros recortes de estos años de atrás van a condicionar la puesta en marcha de la LOMCE. Muchos centros siguen sin profesores y sometidos a una ‘economía de guerra’; esto sucede en todas comunidades autónomas. Actualmente las condiciones laborales son duras y la calidad de la educación lleva resintiéndose tres años, en unas comunidades más que en otras. Lo único que salva la mala y deficitaria actuación del MECD y las CC.AA es el profesorado, quien a su costa está consiguiendo neutralizar el caos de las consejerías de educación y del propio Ministerio de educación; lo más doloroso es que la administración educativa suele sacar una bandera indecorosa cuando se ve obligada a salir a los medios de comunicación.
Es cierto que la LOMCE nació con la oposición de toda la comunidad educativa. Tan solo el Partido Popular no dio su brazo a torcer y así nos cubre el pelo. Pero ya llegarán las elecciones y pedirán el voto. No es novedad decir que la comunidad educativa ya lo tiene decidido y va a pedir responsabilidades. Todo el profesorado tenemos una deuda con el PP y en mayo de 2015 estamos dispuestos a cobrárnosla: sueldo congelado desde hace tres años, ‘robo’ injusto de la extra navideña, represión indecente, malos modos en la aplicación de la política educativa y un largo etcétera.
Lo que no tiene sentido es que los sindicatos de clase convoquen manifestaciones y algaradas. Es curso propicio para ello, porque uno de sus cometidos es ayudar a los partidos de izquierdas a toda costa y sin importarles el daño que suelen hacer. Esos mismos sindicatos fueron cómplices de la crisis con el PSOE e IU, por eso hoy está vacía cualquier defensa de tipo social por su parte.
El profesorado se va a tener que echar al hombro la convivencia de las dos leyes educativas: LOE y LOMCE. La organización pedagógica se va a resentir, de la misma forma que el profesorado va a tener que resolver las ‘chapuzas’ que los políticos han plasmados durante el curso pasado. Ayer mismo me decía una profesora de FP que los centros no están preparados para implantar de forma apresurada la FP Básica.
El curso va a ser complicado y, aunque el MECD y las comunidades autónomas seguirán presionando al profesorado y sin reconocer la dignificación del mismo, ya verán cómo ese profesorado al que me refiero conseguirá salvar el curso con elegancia, profesionalidad y solvencia. Al tiempo.
Aunque muchas veces los políticos piensan que hacen las cosas bien, precisamente porque profesores y profesoras dan la cara ante los padres y ante la sociedad en general y ponen soluciones a los problemas que ellos crean. Es la diferencia entre la profesionalidad del profesorado y las negligentes ‘aventuras’ en las que se mete la casta.