Carta abierta a León de la Riva, alcalde de Valladolid

Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, acompañado por las concejalas de camino al pleno donde pidió disculpas.

Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, acompañado por las concejalas de camino al pleno donde pidió disculpas.

Por lo visto, actitudes y palabras, o expresiones machistas de políticos de la izquierda socialista, comunista o de otros colores, son solo un desliz o un simple lapsus.

Sr. D. Francisco Javier León de la Riva, Alcalde democrático de Valladolid:

Ante todo debo reconocer que a usted le sobra valentía y le falta didáctica, mano izquierda y saber contar hasta tres mil, pero ha demostrado que los tiene como el caballo de Troya. Han sobrado sus disculpas, que es lo que piensa mucha gente, porque los representantes del ‘colmillo retorcido’ han entendido sus expresiones por las posaderas y las han escuchado con muy malas entendederas. Sepa, señor León de la Riva, que, en una carrera de carros, el más destartalado es el que más ruido hace. Y esa es la izquierda en este país y en nuestra provincia.

Donde no hay más que políticos indecentes, corruptos, falsos y mediocres, no debe extrañarle a usted que le den tantos ‘palos’, porque precisamente usted no está en ese saco de indeseables y gaznápiros; y la prueba de lo que digo es que convocatoria electoral tras convocatoria ahí están los votos obtenidos por usted. Ni todos los vallisoletanos estamos en contra de usted ni gran parte de ‘pucelanos’ dejarán de votarle, aunque, si por su partido fuera, puede estar seguro que muchos dejarían de acudir a las urnas. Y una cosa más al respecto: el día que las listas sean abiertas, Javier León tendrá muchos votos más, ya que hay vallisoletanos que no votan al PP en las municipales por ser el PP el que actúa como paraguas y eso también le perjudica a usted.

De toda la ciudadanía es sabido que usted es el primero en acudir todos los días a la Casa Consistorial y el último en marcharse. No me lo han dicho en la calle y de cualquier manera sino que lo he podido comprobar y, el hecho de tener muchos conocidos en común, ha hecho que toda esa gente corroborase cuanto digo.

Si lo que usted ha dicho –que no parece nada del otro mundo, ni respecto a la señorita Leire Pajín ni respecto a lo del ascensor—lo dice otra persona, no hubiera pasado nada y todo hubiera quedado en agua de borrajas. Lo que ha sucedido es que la envidia de la izquierda ‘zurrona’, ‘maniatada’, ‘vocinglera’, así como la ‘indigencia intelectual’ de algunas asociaciones, muchas federaciones y centenares de gaznápiros sueltos, está al acecho para aprovechar cualquier comentario y poder darle al Partido Popular una patada tras otra, pero en el trasero de usted.

Hemos tenido casos de actitudes y palabras o expresiones machistas de políticos de la izquierda socialista, comunista o de otros colores y, sin embargo, según esa izquierda en ellos es un simple desliz o un mero lapsus. Es lo que la ciudadanía de bien llamamos hipocresía consentida. Eso mismo, que en otros levanta una sonrisa, si es dicho por usted acaban por darle caña desde cualquier perspectiva y hasta que ‘el mono aprenda el catecismo’. En mi pueblo, esa actitud de la izquierda adulterada y feminista se llama envidia, actitud de colmillo retorcido y odio anticipado.

Como ve, escribo con la cabeza, sin dejarme llevar por el corazón, porque además sé que mis palabras – que no están escritas para herir, como no pretendía herir usted en su momento con el comentario del ascensor y los sujetadores—no tendrán la menor trascendencia y, si la tuvieran, igual me da planchar huevos que freír corbatas. Ya sabe usted que, si la estupidez volara, no nos daría el sol. Quien quiera vez falso machismo en esta misiva, pues allá él con su torpeza y su mediocridad. Según Lloyd George, lo peor que se puede hacer es cruzar un precipicio de dos saltos.

Todavía estoy esperando a que la ciudadanía proteste por las estupideces que lanzaba a diario el comunista de Andalucía que llamó “tetorras” a la que fuera consejera de educación de la Junta de los ERE y la corrupción permanente. Tampoco he oído que al alcalde de Toledo le hayan llamado más allá de “simplón” por sus comentarios sobre Lolita de Cospedal. Ni siquiera han reaccionado ante el crimen de hace cuatro días, como consecuencia de violencia feminista. ¿El asesinato de hombre a mujer es violencia machista y a la inversa es violencia doméstica? ¡Manda huevos, con qué facilidad confunden la terminología!

Mire usted, señor León de la Riva, en las redes sociales alejadas del círculo de las conocidas como “feministas”, sus palabras han sido entendidas en sus justos términos. Ya sé que la violencia de género no es para tomársela en broma, y de hecho no nos la tomamos a broma la gran mayoría de la población, pero doy fe de que lo que usted ha manifestado lo pensamos mucha gente, incluso, hay empresas donde los altos cargos tienen convenido no estar nunca a solas con una mujer en un despacho para tratar temas de índole diversa; eso no quiere decir que pueda pasar algo, pero siempre hay rencillas, envidias y ‘malos quereres’ que llevan a actuar simplemente.

Lo que usted dijo del ascensor lo piensa más gente y como la falsedad está instalada en algunas personas –no entramos en los motivos al respecto—hay que ir con ojo, pies de plomo y un pasito por delante. Así se ha reconocido en muchos círculos de amigos de las redes sociales, excepto en quienes mantienen vivo el odio hacia el PP y hacia usted. Estoy convencido que a usted le ha faltado didáctica en la exposición; algo que me sorprende porque ha dado sobradas muestras de tener esa didáctica en muchos otros temas y exposiciones.

Entiendo perfectamente esos consejos que le da a usted su señora, conocedora de su excesivo buenismo y de su facilidad para ir a cuerpo descubierto ante los problemas y las situaciones. Como le sigo en los programas de televisión, en los que intenta dar respuesta a las preguntas de la ciudadanía, sé que domina la temática municipal a la perfección y, además, juega con ventaja, porque si algo le caracteriza es su facilidad para formar equipos.
Su preparación la ha demostrado desde que accedió por primera vez a la alcaldía de Valladolid y, además venía precedido de ella desde que era consejero en la Junta de Castilla y León. Muchos otros alcaldes o presidentes de comunidades autónomas se ciñen a cuanto les conviene en las ruedas de prensa; ahí tiene al famoso y corrupto, Jordi Pujol, con su consabida frase: “ahora no toca”, lo que demuestra una clara distancia con sus interlocutores. Claro que, así cubre el pelo a la familia Pujol; nada que ver con la demostrada honradez que a usted le avala, don Javier.

A partir de ahora, cíñase al tema de la rueda de prensa, como dice que va a hacer. Los perdedores serán los propios informadores y, por añadidura, la ciudadanía de Valladolid. Pero, por Dios, no cambie, porque lo que hace falta es gente como el alcalde que tenemos en Valladolid, en vez de tanto ‘pinche’ y tanto ‘chinche’ como hay en la izquierda pucelana y española. Por poner un ejemplo, lo que nos sobran son directores generales, jefes de servicio y otros altos de la propia Junta de Castilla y León, cuyo mérito en muchos casos es ser miembros de la Obra de Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás. Parece que estamos en la época de los tecnócratas del franquismo y de “Los Lópeces: aquellos miembros de la poderosa y semisecreta organización católica Opus Dei.

No he entendido las palabras que le ha dedicado el señor Santiago-Juárez. Él se mueve por convocatorias electorales y por la cercanía de las mismas, pero me gustaría que aprendiera el consejero de Presidencia y portavoz a usar correctamente los medios públicos, en vez de tirarse a los charcos con botas de montaña. Tampoco me han gustado las tonterías que han aventado sus propios compañeros de partido, como Villanueva, José Julio Carnero y otros listos de ocasión. Usted, don Javier, ha conseguido asustar a José Antonio Santiago-Juárez y al propio ‘Juanvi’ Herrera. También el cuervo que usted ha criado (Ruiz Medrano) casi le saca los ojos.

Ahí tiene una colección de hipócritas que por menos de nada arrastran el culo por un zarzal, con tal de seguir a la sombra del poder, de la política y de la colateral mamandurria. Pero no han sabido entender que usted ha subido en las encuestas de la semana pasada, a costa de socialistas y comunistas, hasta 4 puntos más. Y ha demostrado una excepcional elegancia al saberse rodear de concejalas fieles a su compromiso. Tiene verdaderas joyas a su lado: Cantalapiedra, Hernández, etc.

Créame, don Javier, no se lleve malos ratos porque no merece la pena. Siga llamando a ‘dios de tú y a la virgen, Petra’ (no hay ofensa). Y siga haciéndolo con la dignidad que le caracteriza. A pesar de cuanto le digo en esta carta, no dude en hacer caso a los sabios consejos de su señora y, cuando le pregunten por el Real Valladolid, hablé solo, exclusivamente y de forma escueta de ese equipo, ni siquiera mencione al Real Valladolid B. Le aseguro que muchos lo vamos a sentir. Sé que usted se crece como los toreros ante la plaza llena e intenta hacer faena. Nos pasa a todos en nuestra labor diaria.

Mis saludos cordiales. Le conozco y usted no es ni ha sido machista, ni por asomo. Si alguien no está conforme con usted, pues que no le vote y punto. Cuando le pidan una taza, procure darles dos y de café amargo. Usted, don Javier, no ha perdido mi voto, aunque la indignidad de su partido hace tiempo que lo perdió y no lo recuperará mientras no pidan perdón Herrera Campo y sus adláteres, por el daño que están haciendo a la Comunidad; máxime tras comprobar sucias cuestiones y aprovechamiento personal de altos cargos de la Junta durante el tiempo que trabajé –hasta que decidí enfrentarme a ellos por su indignidad– con ciertos personajes del ala más conservadora, retrógrada, opusdeísta y ‘meapilas’.

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