Lo sorprendente es que ningún juez haya reparado en los Consejos de Administración, calificados como verdaderos ‘buitres’ y aprovechados de las ventajas de esas entidades mientras fueron consejeros.
Por Jesús Salamanca Alonso / Cuando se gestiona mal una empresa, antes o después acaba perjudicando tanto a la propia empresa como a los usuarios de la misma. Eso es lo que ha pasado con la nefasta gestión de lo que eran Caja España y Caja Duero. Unas entidades que, para tapar el declive de sus activos y el hundimiento de las propias Cajas no dudaron en comercializar deuda subordinada y preferentes. Prueba de ello es que recientemente se ha reabierto el caso y, tanto los presidentes de ambas Cajas como los directores generales respectivos, pueden acabar entre rejas por esa mala praxis, así como por prevaricación, engaño. Lo sorprendente es que ningún juez haya reparado en los Consejos de Administración, calificados como verdaderos ‘buitres’ y aprovechados de las ventajas de esas entidades mientras fueron consejeros; hablamos de políticos, profesores universitarios, sindicalistas y un largo etcétera.
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