Por Jesús Salamanca Alonso / Por mucho que se empeñe el Partido Popular en negar la carrera sucesoria en Castilla y León, ésta lleva abierta varios meses. Las opiniones, dimes y diretes ha querido frenarlos Juan Vicente Herrera, pero recuerden aquello de “a la calle no hay quién la calle”. Como muestra léanse los medios de comunicación y los comentarios diarios en la principal red social de España que son los bares.
De lo único que se puede dar fe es de que el ínclito alcalde de Valladolid no está en esa carrera con tintes ‘fratricidas‘ para algunos. Bien es verdad que el único que lo afronta con retorcimiento es el actual alcalde de Salamanca; precisamente el candidato cuyo consenso para que no suceda a Herrera Campo viene desde lejos. No hay duda de que con él se convertiría el Partido Popular en un incendio permanente. A la más mínima; hay ocasiones poco propicias para entrar al trapo en la política y el señor alcalde charro no suele respetar ninguna de ellas. Por eso, elefantes en cacharrerías, los menos posibles. Sobre todo si el PP tiene intención de reconducir la situación de desencanto hacia los políticos, la extendida corrupción y el daño que se ha hecho a la ciudadanía con medidas impopulares que han mermado los derechos y han hecho tambalear las libertades. Sigue leyendo