Según Xavier Carrió / El PSOE ha celebrado este fin de semana un congreso que de extraordinario sólo ha tenido el nombre. De allí los de siempre han salido todos contentos con su carguito bajo el brazo Si es que no queremos calificar así el empeño socialista en suicidarse, que ciertamente puede considerarse fuera de lo normal. Aparte de decir no a todas las reformas de PP, no explica lo del federalismo para diferenciarse, ni lo de qué hay que hacer con la clase política y su corrupción. Insiste en que hay que cambiar la Constitución, pero no índica en que va a consistir. Eso si, pretenden denunciar el Concordato con el Vaticano como hacen habitualmente.
La sensación de patética impotencia que transmite el otrora todopoderoso gran partido de la izquierda es impresionante: celebran un congreso extraordinario para dar visibilidad al cambio que llevan voceando desde la campaña por las primarias y luego lo que paren es un ratón en forma de Ejecutiva apañada por José Blanco y Susana Díaz, o sea el PSOE de Zapatero. Cada uno con su cuota de poder donde Andalucía profunda, caciquil, hipercorrupta, infradesarrollada que se presenta como el modelo para la España del futuro.