Por Xavier Carrió Jamilá /
Pujol señala que, aunque “su conciencia y su cargo le empujaban a rechazar esta herencia”, no lo hizo para respetar la voluntad de destinar estos fondos a su familia, y pide perdón a aquellos que se hayan podido sentir defraudados. Explica que la muerte de su padre se produjo cinco meses antes de que él tomase posesión por primera vez como presidente de la Generalitat, y que en aquel momento fue “el responsable legal” de la decisión porque la mayoría de sus hijos eran menores de edad. Según la misiva, su padre quiso dejarle ese dinero en el extranjero porque, habiendo vivido de cerca los años 30 y 40, “tenía miedo de lo que podía pasar, y más de lo que podio pasar a un político muy comprometido”. Pujol detalla que tras aceptar la herencia encargó su “gestión y regularización“ a una persona de su máxima confianza –que no detalla–, una gestión de la que, dice, no quiso saber nada nunca más hasta que todos sus hijos fueron mayores de edad.