Por Jesús Salamanca Alonso / Hay mucha gente que está enfadada y contrariada con el hecho de que, hace unos días, Juan Vicente Herrera haya recibido a Braulio Medel en una visita institucional. El presidente de Castilla y León ha olvidado aquello de “Roma no paga a los traidores”. Pero ya ven, éste es el tipo de políticos que tenemos: se olvidan del pueblo y se acercan al pesebre. ¡Qué fanatismo y qué indignidad! ¿Entienden ahora por qué venimos defendiendo que Castilla y León no tienen que votar a esta ‘casta’ descastada y desbravada?
Juan Vicente Herrera anda mal y acabará peor. Y no será porque no se lo han dicho sus cercanos y los propios medios de comunicación. En este momento, ni Castilla ni León pintan nada desde el punto de vista financiero; doy fe de que tampoco pinta casi nada en otros cientos de cuestiones. Tenemos políticos subidos al burro, miembros de esa ‘casta’ despreciada y desprestigiada, además de ajenos a la realidad de la comunidad que les da de comer. Ponemos un ejemplo: la reciente sesión sobre el estado de la comunidad ha sido una representación alejada de la realidad y más centrada en lo irreal que en lo necesario, con el ingrediente de un PSOE regional destrozado y hecho mil pedazos ideológicos.
Así no vamos a ninguna parte. Y si no es suficiente con la dejadez que advertimos a diario, ahí tienen el ejemplo de Juan Vicente Herrera que es el segundo presidente de comunidad autónoma que más quejas recibe, según los medios de comunicación. Y lo que es más grave: el que más quejas recibe y el que menos soluciones adopta, así como no contesta a nadie. A eso se llama despreciar a la ciudadanía o morder la mano que le da de comer. En fin, ‘casta’ pura y dura.
Herrera está desconcertado con la visita de Medel. Así lo ha confesado a sus cercanos, aunque sabe que hará cuanto le plazca porque, si algo no tiene Medel, es seriedad financiera ni atractivo inversor. Se ha limitado a seguir el confusionismo del FROB y ‘escribir’ al dictado del Gobierno. “Hará lo que quiera porque para eso manda”, como han dicho algunos periodistas. Lo que sí parece estar claro es que los ahorros de Castilla y de León irán a parar a Andalucía y se hará con ellos lo que en Málaga decidan. De ahí que, cada vez más, asomen voces pidiendo que Banco Ceiss venda cuanto antes su patrimonio y pague la fraudulenta participación en preferentes y en deuda subordinada; si esa venta no se lleva a cabo, ya se las apañará Medel para actuar como el prestidigitador que siempre trabajaba de la misma forma: haciendo desaparecer lo que había a su alrededor.
La cartera de inversores de Banco Ceiss está bajo mínimos. No hay confianza ni perspectivas de futuro. Ceiss acabará metiendo la cabeza en seguros y, pasados unos años, volverán a salir a flote fraudes y desatenciones. Nadie lo duda. ¿Apostamos?
Algo que también preocupa al común de ciudadanos, porque así se refleja en los medios de comunicación de Castilla y de León es que los políticos que nos representan –para nuestra desgracia—suelen mirar al tendido y dejar que los presuntos miserables se laven las manos o metan éstas en el cajón. Un papel que también representan los financieros. Y si a ello añadimos que muchos jueces silban mirando a la farola, pues así nos cubre el pelo. Siempre acaban echando la culpa al que pasa por la acera de enfrente. Ya verán ustedes como con el desastre de El Árbol pasa un tanto de lo mismo y encuentran a alguien que cargue con el mochuelo. Ya hablaremos de El Árbol en otra ocasión. Tiempo tendremos.