La izquierda que llaman unida, pero que está desunida y descosida por todas partes, ha decidido prescindir de Willy Meyer para que no prescinda de otros la ciudadanía.
Por Jesús Salamanca Alonso / ¡Caramba con Willy Meyer! El supuesto líder de Izquierda Unida en el Parlamento europeo no ha tenido más remedio que presentar su dimisión como consecuencia del fondo de pensiones privado, el cual estaba en una Sicav (Sociedad de Inversión del Capital Variable) de Luxemburgo. Menos mal que se ha destapado el ‘pastel’, porque de otra forma se hubiera callado como el ratoncito del cuento que se comía el queso y decía a los demás que no debían comerlo porque, a veces, había trampas debajo de él.
No me ha gustado nada la actitud de Meyer. Después de lo visto no puede decir que desea ser “ejemplar”, cuando lleva cuatro o cinco años demostrando que no pretendía serlo. Y que no nos venga con ‘marimorenas’ sobre que no lo sabía, cuando ha tenido que rellenar decenas de papeles y dar su consentimiento. ¡Ya está bien de patrañas, mentiras, abusos y actitudes deshonestas! La dimisión de Meyer es debido al abuso cometido con fondos públicos y por haber predicado lo contrario de lo que estaba haciendo, independientemente de que sea legal y que de esa legalidad estén aprovechándose centenares de eurodiputados españoles. Sigue leyendo