Una truculenta historia tras el asesinato de Isabel Carrasco

Montserrat Triana e Isabel Carrasco, inculpada y asesinada (de izquierda a derecha)

Por Xavier Carrió / A estas alturas, la investigación policial (…) ya podría tener resuelto el crimen cometido en la persona de Isabel Carrasco, Presidenta de la Diputación de León que puso ayer de los nervios a la clase política  y periodística, que no dudaron a arremeter contra los numerosos comentarios vertidos por las redes sociales a falta de noticias contrastadas de la policía. 

Las autoras podrían haber confesado y el arma podría haberse localizado a través de una tercera persona y quizá solo se trataría de una vulgar y simple venganza que se había estado preparando cuidadosamente por las dos autoras con meses de anterioridad, con la colaboración de otra mujer –policia municipal–  que había recibido en su coche el arma del crimen y que en este momento está en poder cde la policía.

Del amor al odio sólo hay un paso. La “buena relación personal” que existía entre la líder del Partido Popular en León, Isabel Carrasco, y Montserrat Triana, militante de la misma formación, se rompió hace tres años y pasó a estar marcada por enfrentamientos “que dan de lleno en lo personal” afirma Vox Pópuli.

Del cariño al odio hay un paso (…). Carrasco decidió prescindir de Montserrat como colaboradora de la institución porque la relación personal con su familia se había roto y la joven además se había significado a favor del último presidente de la Diputación, Javier García Prieto.

En el propio PP dice que fue un despido “personal y no profesional”. Y la familia nunca se lo perdonó. Pero los males crecieron aún más. Cuando Montserrat Triana fue despedida se llevó una indemnización “muy importante”. Tanto es así, que según una información que publica este martes la página web leonnoticias.com “en León era sabido que Triana odiaba a Carrasco”, sobre todo después de que la presidenta de la Diputación leonesa decidiera prescindir de sus servicios como colaboradora de la institución porque la “relación personal con su familia se había roto”. Un despido, que según fuentes ‘populares’ citadas por la web, fue “personal y no profesional”.

“Fue una venganza”. Esas tres palabras, pronunciada desde el primer momento en el que se dio a conocer el asesinato de Isabel Carrasco, han ido tomando relevancia con el paso de las horas.

Montserrat Triana, militante del PP, odiaba a Carrasco. En León eso era sabido, es sabido. Montserrat había sido trabajadora de la institución provincial en los tiempos en los que su relación con Carrasco era de ‘afinidad familiar’.

Esa situación tan dura se complicó con otra historia personal que afectaba directamente a la madre de la despedida, funcionaria de la Diputación.

El marido de la hoy acusada por el crimen (inspector jefe de la Policía Nacional en Astorga) tenía una estrecha relación personal con Isabel Carrasco. Demasiado estrecha, dicen en el PP. En medio de la confusión, desde el mismo partido, hablan de que eran conocidos, nada más, “el resto es ir demasiado lejos, especulaciones dentro de lo que es esta locura. Especulaciones gratuitas y sin fundamento”. 

La familia no perdonó nunca el cese orquestado por Carrasco. Sin embargo, el odio no queda ahí. Y es que a pesar de que Triana Martínez se llevó una indemnización “muy importante”, la líder del PP en León no estuvo conforme con dicha liquidación y la Diputación pleiteó por la misma hasta que la despedida tuvo que devolver 60.000 euros y perdió su piso, según fuentes del PP mencionadas por leonoticias.com. 

La “truculenta historia” que se esconde tras el asesinato de Isabel Carrasco se complicó aún más con otro episodio personal que vincula al marido de la acusada, inspector jefe de la comisaria de Astorga, con la líder del PP. Ello explicaría la colaboración de madre e hija en el crimen. Un despido no esperado una cantidad de dinero reclamada y odio, mucho odio.

Vox Populi – Leon noticias.com

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