No se llamen a engaño los castellano-leoneses. Si al final Unicaja se acaba casando con la pobre novia fea, dependerá de la dote que papá FROB ponga junto a las arras; pero ni va a pagar el banquete ni va a hacerse cargo de las deudas y trapos sucios de la doncella mancillada.
El novio Medel, que aunque no sea mozo ni galán, es el único pretendiente, no quiere a la novia, sino sus fincas y sus tierras. Tampoco se piensen mis paisanos que si el andaluz finalmente da el “sí, compro”, Banco Ceiss, Caja España-Duero o como se acabe llamando la recién casada, no volverá a ser nunca más la que fue, la entidad financiera de Castilla y León que conocíamos, arraigada en nuestra tierra y cuya actividad y obra estaban en gran parte dirigidas a impulsar y a apoyar los proyectos y necesidades de nuestra región y sus gentes, hasta que cayó en manos de nuestros políticos, que la manosearon, violaron y despojaron, como hicieron los infantes de Carrión con las hijas del Cid (¿no habrá un Mío Cid que la vengue?).
A partir de ahora, la filial en la que se convertirá Ceiss no será más que una sucursal controlada férreamente desde Málaga (ya hemos visto cómo se las gasta el señor Medel), al servicio de los intereses de Unicaja y sin contemplaciones por los anhelos, necesidades, proyectos e ilusiones de nuestra Comunidad, si estos se desvían de los generales de su Consejo de Administración y su Junta de Accionistas.
Dicho lo cual, tampoco creo que eso sea tan malo, porque ¿qué es mejor: tener una Caja regional manejada y controlada por los políticos de turno, o unos políticos de turno manejados y controlados por un gran Banco, como sucede en el resto del mundo?
Luis Arranz