Llevan casi dos años y han ido de mofa en mofa, aprovechando momentos para meter la mano donde no deben
Mariano Rajoy ha cometido tres grandes incumplimientos en cuestión educativa, además de muchos otros de menor calibre, pero no de menor compromiso. No es llamativo ni sorpresivo, porque ya son demasiados los olvidos por parte del actual Gobierno de la nación. Da igual que en su momento contrajera compromisos, que propusiera consenso o hiciera promesas electorales. Ahí está su programa para quien quiera leerlo, incluso las hemerotecas. Llevan casi dos años y han ido de mofa en mofa, aprovechando momentos para meter la mano donde no deben. ¿Hablamos de casos y personas?
La ley Wert ha demostrado que no se va a dar especial atención a la escuela pública. Parece que es más rentable que esa sea subsidiaria de empresas privadas. Ya tenemos incumplido un compromiso del que el señor Rajoy se hartó a resaltar que lo cumpliría tan pronto como llegara al Gobierno. La LOMCE huele a privatización, de ahí eso de Ley Orquestada por Mediocres Cargos Erráticos, aunque un colectivo de profesores en sus hojas volanderas la han calificado como Ley para Organizar Mejor los Conciertos Educativos.
Desde mi punto de vista la ley que ahora se estrena — pero que será derogada tan pronto como se desaloje al Partido Popular del Gobierno– va a empeorar las condiciones de trabajo del profesorado; se van a perder más puestos de trabajo, además de los ya eliminados; van a seguir sin cubrirse las bajas; las nuevas medidas darán pie a nuevos y mayores recortes; los gastos de funcionamientos de los centros se retrasan por mala organización de las consejerías y del propio MECD; el profesorado perderá estímulos en su actividad diaria; la oferta de empleo se reducirá para poder presumir de plazas el año antes de la campaña electoral… No hay duda de que la LOMCE garantiza un nuevo parche que ni siquiera va a acabar con el abandono temprano ni el fracaso escolar. Incluso es dañina porque no habrá tiempo para ponerla en marcha y mucho menos para desarrollarla. Va a pasar lo mismo que sucedió con la antigua LOCE.
Si por algo destaca el Gobierno es por la falta de diálogo y consenso. No ha sido capaz de dialogar con las otras fuerzas parlamentarias. Se ha cerrado en banda apoyándose en su mayoría absoluta y en las bendiciones de la Conferencia Episcopal. Cuando un Gobierno aprueba las cosas por cachavas…. mal vamos; mejor dicho: no vamos a parte alguna. De nuevo ha demostrado una irresponsabilidad sin precedentes, porque ni siquiera han sabido buscar el consenso que llevara a aprobar una Ley de Autoridad del Profesorado. Ya tenemos, pues, el segundo incumplimiento. Ni consenso ni gaitas marineras. El MECD ha despreciado a la ciudadanía, al profesorado y al futuro de la educación.
Finalmente, sigo pensando por qué otras promesas electorales siguen sin cumplirse. Ahí tenemos el bachillerato de tres años y el no haber abordado la promesa electoral de poner en marcha el Estatuto del Profesorado. También se hartaron a predicar los diputados y senadores del PP que sería una de las primeras medidas que adoptaría si llegaba al Gobierno, pero nada de nada, ni siquiera hemos visto la intención. Aquí tenemos ya el tercer incumplimiento.
El Partido Popular no ha advertido que igual que el Gobierno que sustenta congela sueldos, oposiciones, oferta de empleo públicos y promesas electorales, la ciudadanía le va a congelar el voto en las próximas elecciones, incluso va a ser difícil que pueda exponer su programa en campaña electoral. No estaría de más que aprendieran a correr, porque no lo van a pasar bien. Al tiempo.