Seguro que algún lector ya ha pensado mal al leer el título. No quiero decir que los de la foto vayan a casas de citas, aunque sí pertenecen de alguna manera a ese partido del ‘trinque’ que hoy preside el gallego, Mariano Rajoy. Nadie podía imaginar que el PP se estuviera llenando los bolsillos a costa del contribuyente; eso sí, no lo llaman dinero robado sino retribuciones complementarias. Sin duda, el robo puede ser interpretado y calificado como a uno le plazca, pero en esta ocasión los ladrones son ladrones, por muchas veces que en la ‘casa de citas’ se cite eso de “fin de la cita”.
Demasiadas citas citó el amigo Mariano en la ‘casa de citas’ donde pretendió dar explicaciones ayer. Ya es triste que la sede del Senado haya servido como ‘casa de citas’. Esta generación de políticos ha degradado tanto la cosa pública que hasta con esa expresión se conoce hoy, en muchos medios de comunicación, la sede parlamentaria donde ayer demostraron seguir alejados de los problemas que aquejan a la ciudadanía y de las necesidades que tiene el Estado.
Mariano quiso atacar a Rubalcaba con sus propias palabras. Es a lo que él llamó “citas”. Unas veces eran palabras textuales y otras ideas que había escuchado a Alfredo en discursos, prensa y Parlamento. Lo cierto es que el planteamiento no estaba bien construido por parte del presidente del Gobierno: inconexo, deslabazado, pretencioso, soso y desequilibrado.
Desconozco a sus asesores y a las personas con quienes elaboró el discurso, pero dejó mucho que desear. Con ese tipo de asesores, yo no hubiera trabajado; son candidatos a ser corridos a gorrazos o a quedarse sin propina, aunque la cojan directamente de esa caja que tanto da de sí en el PP. Si ese tipo de asesores cobran del dinero público es para echarse las manos a la cabeza, echar a correr y no dejar de llorar.
Pero no piensen que la oposición estuvo mejor. Desde las filas del PSOE no se puede dar ejemplo por muchos motivos: trajeron la crisis, la negaron, no hicieron los deberes a tiempo, dispararon y disparataron el paro, arruinaron la economía del país, se ‘encamaron’ con ETA, protegieron a la banda asesina con “El Faisán”, se vieron mezclados en temas de asesinatos en cal viva, destrozaron Andalucía con los EREs, chapucearon y mantuvieron holgazanería con el PER y favorecieron a amigos vagos y maleantes,…eso por no hablar de Roldán, Filesa, Malesa, Time Sport, el BOE o el hermanísimo. ¿De qué va a dar ejemplo semejante tropa de dicharacheros y de trepapalabras? ¿Alguien va a ser tan inconsecuente como para votar a tales ‘representantes’? Fin de la cita.
De los nacionalistas avispados es mejor ni hablar. Están donde conviene, pero nunca donde deben estar. Son parte del problema y difícilmente lo serán de la solución. Tienen la desgracia de confundir al Estado con una vaca lechera a la que no hay más que estirar del pezón para que la ubre amamante gratis, pero a la hora de aportar,…. son más agarrados que un chotis de aprendiz. ¿Y lo del déficit asimétrico? Mejor no hablar hoy de ello, porque se pone uno de mal humor. De haber existido ‘la gandula’ (Ley de Vagos y Maleantes), a más de uno le hubiera atrapado. No lo duden.
Tampoco hay nada que destacar en IU y toda esa tropa que llaman izquierda plural. Empiezo por decir que en este país, que se llama España, la izquierda tendrá algo, pero de plural y democrática tiene muy poco o nada, otra cuestión es que se les llene la boca con ello por su falta de seguridad y la inconsistencia ideológica. No hay más que ver los planteamientos de cajón y de niño consentido que hace. Arreglar no arreglarán nada, pero destrozar,…todo lo que pueden y todo a lo que tienen acceso.
En fin, me resisto a que la sede parlamentaria de mi España (sea Parlamento o Senado) sea tratada de ‘casa de citas’, pero en eso pareció convertirla ayer Mariano. Lo peor de todo es que se parece a una de verdad por lo que nos ‘joden’ a todos los contribuyentes. Ellos siempre salen beneficiados. Pues claro, lo más parecido. Fin de la cita.