ETA sigue firme y crecida

Nos contaban en el colegio que don Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”, ganó batallas después de muerto, a lo que habría que añadir que también Rodríguez Zapatero siguió mintiendo hasta después de abandonar el Gobierno. La prueba de esa mentira está en la permanencia de ETA en su afán pistolero, entre otros hechos.
Ahí tienen a los etarras detenidos en Francia, en una estación próxima a París. Confiados en que se iba a seguir cumpliendo la hoja de ruta trazada entre ETA y el Gobierno de Zapatero se movían a sus anchas con armamento y explosivos. Ah, y no daban órdenes a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado porque no habían tenido ocasión de ello. ¡Hasta dónde hemos llegado! ¿Y los presos piensan que van a salir a la calle amnistiados? ¿Pero a qué peral equivocado se han subido?
Mucho hablar de abandono definitivo de las armas y del fin de la violencia armada pero los tres etarras llevaban encima diverso tipo de material para seguir fabricando bombas. Lo dijimos hace tiempo y se ha vuelto a cumplir: no hay que creer a ETA ni para bien ni para mal; no han abandonado las armas; volverán a atentar tan pronto como encuentren confiada a la población; hay alimañas que se adormecen temporalmente; la organización sigue activa y cobrando impuesto revolucionario a empresarios y autónomos; la banda ha seguido pasando la hucha en los comercios del País Vasco durante la Navidad y su destino son los presos vascos y, por último, ahí tienen a los integrantes de la banda alimentando zulos un día sí y lo mismo al siguiente.
Fuentes antiterroristas han confirmado que los miembros de la banda armada trasladaban “resina de cristal, epoxy y circoflex”. No solo iban armados sino que portaban documentación y matrículas falsas. ETA ha vuelto a las andadas; eso sí, en connivencia con miembros relevantes del PSOE han vuelto a las instituciones, desde donde se hacen con dinero fácil, información de primera mano y controlan poblaciones enteras. Precisamente quienes llevan echando pestes contra la Constitución de 1978, resulta que se amparan en ella para dirigir y controlar cuanto les conviene. Y por si no era suficiente, el Constitucional les recibe con palmaditas, pastas y té. Al menos esa es la impresión que han dado la mitad de los integrantes de ese Tribunal cuya credibilidad está por los suelos y será difícil que se levante en mucho tiempo.
Hasta han conseguido entrar los ‘primos’ de ETA en el Parlamento español, desde donde opondrán resistencia al Gobierno, se mofarán de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y, llegado el caso, aplaudirán nuevos atentados en nombre de la paz, la democracia y la convivencia en el Pueblo Vasco. Todo ello gracias a la ineficacia del Gobierno socialista y del egoísmo mal entendido del más nefasto presidente de los Gobiernos democráticos españoles: Rodríguez Zapatero, un gafe sobrevenido para la desgracia de una Nación. Recordando a Tagore ya saben aquello de: «leemos mal en el mundo y luego decimos que nos engañan».

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