Hay que ampliar las ofertas modulares de FP para que la población tenga dónde elegir, con el fin de elevar su nivel de cualificación.
Algunos solo aprenden cuando se caen del burro. Tal afirmación viene a ser algo así como lo que decía John Boyle O’Reilly respecto a que “la llave del éxito en la vida es el conocimiento del valor de las cosas”. Y digo eso porque nuestro presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha inaugurado el curso escolar 2011-2012 y, aprovechando el dicho de Valladolid y el Pisuerga, ha sacado a colación la formación profesional. Al menos esta vez no ha expuesto los tópicos que llevaba siete años repitiendo como un mantra; se conoce que sus asesores guardaban a buen recaudo los datos y siempre le pasaban los mismos. A veces mal retocados. Evidentemente él no parecía enterarse pero quienes seguimos de cerca esos datos sentimos sonrojo al comprobar cómo le engañaban un año y al siguiente. ¿O le compensaba dejarse engañar?
El caso es que se ha lanzado a decir que en tiempos de crisis y de dificultad económica, las enseñanzas de formación profesional son “un valor refugio”. Pues claro, señor Herrera, tales enseñanzas han sido un valor refugio y lo siguen siendo, incluso le disculpamos que vuelva a reseñar la expresión que se le escribió para que la dijera en el inicio del curso 2008-2009, momento en que la formación profesional dio un tremendo salto en alumnado respecto a cursos anteriores.
Eran momentos de aguda crisis y muchas empresas empezaban a sentirse ahogadas a la vez que cerraban o reestructuraban sus plantillas. Hace tiempo que mucha gente se dio cuenta de que la FP era una apuesta de futuro y una aspiración sensible en el sentido de buscar posibilidades, crear empleo, afianzar la población en la comunidad y reconducir la maltrecha economía. Lo peor de todo es que la oposición no ayuda ni apoya. Es como si se quedara en la cama todos los días, mientras los demás madrugamos para buscar rentabilidad a la agonía laboral que padecemos.
En la intervención en el Conservatorio Profesional de Palencia, Herrera Campo ha dado una cifra espectacular de alumnos y alumnas de FP. Cuarenta mil. Sí, como lo leen, cuarenta mil personas están previstas que cursen la diversidad de ofertas, cursos y modalidades contempladas para el nuevo curso 2011-2012. Según el presidente eso supone un seis por ciento más que el curso anterior. Como dato es muy interesante pero damos otro dato que pone de manifiesto el esfuerzo realizado en Castilla y León. Vamos con él: en el curso 2003-2004 apenas 28.000 alumnos y alumnas cursaban la FP en Castilla y León, mientras que hoy el aumento desde entonces representa un cuarenta y dos por ciento más. Levanta la copa, señor Herrera.
Si para el presidente, Juan Vicente Herrera, el seis por ciento de aumento representa “…el mayor incremento que experimenta cualquiera de los niveles de nuestro sistema educativo”, imagínense si le hubieran escrito bien los datos en su momento. Estoy seguro que hubiera saltado de alegría, porque el presidente de Castilla y León, independientemente del dirigismo al que le someten y de la desorientación a la que le conducen sus cercanos, otra cosa no tendrá pero afán de querer ser honrado y de mirar por su ‘finca’, queda fuera de toda duda. Eso sí, al no tener oposición merecedora, casi siempre se queda a mitad de camino entre lo que anhela y lo que consigue. De momento, el Gobierno de Zapatero debe casi trescientos millones de euros que no paga ni reconoce, con lo que a la consejera de Hacienda se le crea un problema agudo y un diario desasosiego.
Con la formación profesional, amigo Herrera, podemos flexibilizar la oferta formativa y hay que hacerlo, de la misma forma que hay que seguir trabajando por su calidad pero no con recortes como los que su Consejería de educación realiza en los centros. Mire usted, presidente Herrera, en mi centro han recortado un 41,14% respecto al curso anterior. ¡Cómo permite que su consejero, Mateos, salga a los medios de comunicación mintiendo e intentando hacer juegos malabares? ¿Acaso toma por tonto al profesorado? Ya sé que su consejero Mateos quiere “ahorrar en ladrillos” pero es que confunde churras con merinas: un centro con deficientes estructuras es muy difícil que alcance la calidad. Esa misma calidad con la que a usted se le llena la boca. Ah, por cierto, con los planteamientos de su actual consejero de educación, de excelencia ni hablamos. ¿Para qué?
Respecto a conectar la formación profesional con el mundo de la empresa, debo decirle que sí. Pero tenía que haberlo hecho antes, mucho antes. Y mejor. No sé cómo se las apaña su gente pero casi siempre llega tarde a casi todos los sitios. ¿A qué me refiero? Pues me refiero a la ampliación de la modalidad de educación a distancia. No pierda ni un momento más, señor Herrera, fomente y potencia la formación profesional a distancia. Hasta ahora lo único que tiene de FP reglada en su Consejería es lo que le ofertaba el Ministerio de Educación en el momento de la asunción de competencias educativas. Y apenas tiene ciclos formativos: cuatro o cinco. De ello no le echo la culpa a usted pero sí a su anterior director general de formación profesional que nunca creyó en esa modalidad. Otra cosa es la cara y versión que le diera a usted. Doy fe, presidente, por haberlo presenciado durante años.
Hay que ampliar las ofertas modulares para que la población tenga dónde elegir, con el fin de elevar su nivel de cualificación. Y de paso planifique esa misma modalidad en la enseñanza secundaria de cara a ampliar las ofertas formativas en los centros públicos específicos de educación de personas adultas y en los centros de formación profesional reglada. La ESPAD ni siquiera está regulada; apenas un artículo perdido y mal redactado en la Orden que regula la secundaria para adultos. Revise la oferta de las Aulas Mentor, forme al profesorado para trabajar en la modalidad de educación a distancia. Implante nuevos ciclos en esa modalidad; puede hacerlo en solitario o en colaboración con el Ministerio de Educación.
No se corte, señor Herrera, eso apenas cuesta dinero. Deje su racanería y no se deje aconsejar por su actual consejero de educación pues, en muchas ocasiones, en un intento de no decir nada, dice tonterías de calado. Muchas veces, desde los centros se le da hecha la labor, con aportaciones y sugerencias, demostrando que no es capaz de verla ni de analizarla. Ni siquiera de contestar al ciudadano, con lo que ello lleva de desprecio al votante y de vergüenza para usted. Mientras siga ahí y así, le aseguro, señor Herrera, que tiene usted un problema. Un agudo y evidente problema. Doy fe.
Jesús Salamanca Alonso.- Analista político.- Profesor y director centro de EPA.