Estoy plenamente de acuerdo con la medida del Gobierno balear respecto a la eliminación de subvenciones inmediatamente. La vaca ha adelgazado tanto que no tienen sentido que los sindicatos sigan tirando de la ubre sin control a costa del trabajador. Si quieren mamar que compren vaca y la limpien a diario. “Sobran los liberados asalariados sin productividad”, como decía el editor de Cantabria Liberal.
Que financien ellos sus propias fiestas, sus luchas intestinas y sus paripés con la patronal. No es entendible la ingente cantidad de dinero que reciben los sindicatos para los cursos de formación y mucho menos los sindicatos de clase. Es otra forma de mamar en silencio, esparrancados y despreocupados. La actual fiscalización de los cursos de formación son una gaita marinera y una componenda para salir del paso, hecha al amparo de las vacas gordas. Pero hoy carece de sentido y de rigor. Gastar por gastar como ha hecho el nefasto Gobierno socialista de este último septenio negro es un delito en la actual situación. El despilfarro ha sido el faro que ha alumbrado el Gobierno de Zapatero, como la corrupción ‘alumbró’ la segunda mitad de los gobiernos de Felipe González. Por cierto, en ambos casos de despilfarro y corrupción estaba presente el aspirante socialista al Gobierno tras el 20-N, Pérez Rubalcaba. Un personaje siniestro, mentiroso y trolero. Precisamente lo que puede volver a tener España si la ciudadanía se equivoca de nuevo. Ni merecemos un Gobierno que mienta ni sindicatos que holguen ni austeridad sin objetivos concretos.