En los últimos años, Alemania ha puesto en marcha iniciativas dignas de crédito y alabanza. Ha habido una perfecta comunión entre empresas y Administración, lo que ha hecho que la recuperación de la crisis presente unos datos admirables, con muy baja tasa de paro, un crecimiento reconocible, cada vez mayores exportaciones y una tasa comercial que se mide en superávit.
Nuestro modelo de FP demuestra que no es suficiente con la formación en centros de trabajo y que ésta se queda a mitad de camino entre lo que se pretende y lo que realmente se consigue. En Alemania, dos tercios de la formación y del aprendizaje se llevan a cabo a través de prácticas en los centros de trabajo. Ese es el punto de inicio pero en Castilla y León… ¡cuánta miseria e insensatez teñida de falta de respeto!