De vez en cuando nos encontramos con algún político que se sale de la linde e invade la tierra del contrario. Ahí tienen a Valderas, don Alejandro, que en un intento de demostrar que es de León casi llega a leonesista, aprisionando a Castilla. Decía Camilo José Cela que estaba harto de tontos que hacían tonterías, de chulos y de aprovechados. Ni sé lo que hubiera dicho del tal Valderas, don Alejandro.
Don Alejandro, para información de los menos entendidos o más desinteresados, es el único representante de Unión del Pueblo Leonés (UPL) en las Cortes regionales. Por favor no se rían todavía. Esa Unión que es la mofa y el ‘desternillamiento’ en León, resulta que está representada en las Cortes democráticas de Castilla y León, por un simple error de la ley electoral. No lo entiendo y tardaré en entenderlo. Por favor, no se rían tan pronto que se va a enfadar don Alejandro.
Por cierto, el señor Valderas –repito, don Alejandro– se ha negado a quedarse con la medalla que le acredita como procurador. Según él –sí, sí, don Alejandro– porque “es la principal representación de Castilla y León y, si la recojo, no me dejan entrar en León”. “No sería sincero ya que deseamos la autonomía para poder cambiar”. Como lo leen. Ni siquiera se ha ruborizado. Ahora entiendo lo que decía mi ínclito amigo, socialista él, respecto a que si los incompetentes volaran, no nos daría el sol. Y añado yo: probablemente tampoco nos daría el viento en la cara.
“Juro por la autonomía del Reino de León”, ha dicho don Alejandro. Y lo ha hecho como si fuera el dueño y señor de León. Como si fuera Ordoño II en toda su amplitud. Al menos cogió la medalla para que no se sintiera ofendida Castilla y menos aún sus Cortes. Pero don Alejandro, no son las Cortes de Castilla sino las de León y Castilla. O si lo prefiere las de Castilla y León.
Puesto a ofender, le honra a usted renunciar, también, al sueldo de las Cortes de Castilla y León. De la misma forma que renuncia a todas las prebendas de la instituciones castellano-leonesa. Si es por no ofender a los castellanos, nos parece digno por su parte y elegante, a la vez. Lo de renunciar a la medalla suena a chiste, pero al renunciar usted al sueldo, primas y dietas ya nos parece que va en serio. Le honra esperar a que sean las Cortes de León las que le paguen casa, coche, compañera y cartera. Actúa usted con las cuatro “ces” del socialismo español
De la misma forma que dona la medalla a la Casa de la Moneda de Segovia, hubiera quedado mejor si hubiera donado su sueldo, primas, dietas y otras prebendas a Cáritas o a Cruz Roja. Pero bueno, el hecho de que Hacienda no suelte “gallina” también es una contribución a las arcas públicas. León se lo agradecerá y Castilla no se lo tomará en cuenta.
Señor Valderas, don Alejandro: demuestra usted sentido común al renunciar a todo tipo de prebendas económicas y en especie; ello quiere decir que su partido correrá con todos los gastos. No se rían aún, señores pero el hecho de no querer la medalla ni nada de las Cortes le honra a usted. Y le doy mi palabra que haremos el seguimiento de ello, porque tan pronto como acepte un euro, le vamos a coger por las orejas y nos vamos a reír todos de verdad. ¡Ya pueden reírse, señores, al menos hasta que le pillemos con las manos en la masa de las Cortes de Castilla y León! Sepa don Alejandro el compromiso que contrae. Estaremos vigilantes… ¡lo estaremos por León y por Castilla!