Mi hija y yo acabábamos de terminar una ensalada en Las Tinajas, en Villanueva de Duero (Valladolid, entre Simancas y Tordesillas), un restaurante muy ‘exclusivo’ que tiene fama por su carne y sus galletas y decidimos pedirlas de postre.
Las galletas eran tan exquisitas que pregunté si podían darme la receta, contestando el camarero con una pequeña mueca: “me temo que no”. Bueno, dije ¿me permitiría comprar la receta? Con una sonrisa encantadora, dijo ”sí”. Pregunté cuánto costaba y respondió: “dos cincuenta… es un gran trato” dije con aprobación, “cárguelo a mi tarjeta”.
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