Pintemos la educación de colores.

Estamos en época electoral y dan miedo las promesas de los partidos políticos, porque la ciudadanía está harta de mentiras y de olvidos. Ese es uno de los motivos de la decepción de la ciudadanía. Si bien se ‘pregona’ y promete sobre todos los temas imaginables — porque los políticos están preparados incluso para hablar de lo que desconocen– donde mayores atrocidades cometen es en lo que se refiere a la educación.

Actualmente el sistema educativo precisa un cambio total. Y si se puede elaborar una nueva ley de educación, pues mejor. Tal vez el tema más acuciante es el de elaborar un plan de autoridad del profesorado, con el fin de darle un reconocimiento institucional. La indisciplina actual de muchos centros así lo exige y los planes de convivencia no pueden hacerse de forma realista si no se tiene en cuenta la autoridad del profesorado. Hay comunidades que han sabido verlo como Madrid y Valencia, incluso Galicia va en esa línea. Otras comunidades como Castilla y León se quedan a mitad de camino y, aunque lo prometen en campaña electoral, lo cierto es que se echaron para atrás hace un año; lo que demuestra que todavía saben perder el tiempo los asesores de Herrera Campo, aunque pasen el informe PISA por los morros a quien diga que están a tres menos cuarto tanto León como Castilla.

Las comunidades autónomas, ante la dejadez del Ministerio de Educación y su falta de liderazgo, deben tener claras unas líneas de actuación que son imprescindibles. Sí quiero constatar la aberración de la Consejería de Educación de Castilla y León por haber rebajado los gastos de los centros hasta en un 41,14%. Hay centros que no van a poder funcionar a partir de septiembre, porque apenas les llegan los fondos de gastos de funcionamiento. Por eso, lo de prometer es fácil pero alguien tiene que darles una carada sin tardar a los responsables de educación. Doy fe que en ello estamos.

Pero volvamos a las líneas de actuación. Ante todo hay que reglamentar y potenciar la consecución del éxito escolar hasta conseguir rebajarlo al 10%.  Lógicamente la aspiración debe tender a acabar con él. En este momento la tasa de abandono en España es del 33,7%, si bien hay comunidades como Castilla-León con un 14,73% de abandono. Quede claro que de poco sirve esa comparación, porque siendo una de las que menos abandono escolar tiene, es la que menos empleo genera (sin contar Extremadura y Andalucía) y la que mayor despoblación tiene. A ello hay que añadir que los universitarios emigran a Madrid, Valencia, Bilbao y Barcelona porque el Gobierno autonómico demuestra reiterada incompetencia para crear empleo.

La educación está vinculada a la recuperación económica. Está demostrado que la mayor formación y la capacitación del alumnado puede ayudar a crear empleo autónomo y, por tanto, a crear riqueza. Bien es verdad que, hasta este momento, no se ha dado esa situación. Y no se ha dado porque la emigración es cada vez mayor, mientras que en Castilla-León el envejecimiento es continuado y abrumador. También en esta cuestión, el Gobierno autonómico demuestra ineptitud continua, reiterada y abrumadora.

Todas comunidades deben avanzar hacia la calidad y la excelencia. No es suficiente con que se destaque en lectura, matemáticas o comprensión, si eso no va acompañado de un permanente hacer regulador y de la formación permanente del profesorado. No olvidemos que comunidades como Castilla-León destruyeron hace cuatro año la red de formación del profesorado, con el daño que ello ha supuesto. Hoy los equivalentes a los antiguos CFIES son meros núcleos para recoger afiliados al PP que se encuentran desconcertados o precisan comisiones de servicio.

No hay que olvidar la mayor cualificación y formación del alumnado; los incentivos a la desorientada formación profesional; la sustitución de equipos enquistados en los servicios centrales; el abuso de la libre designación partidista; el bachillerato de tres años; el bachillerato de la excelencia; la nueva regulación de la ESPA; apoyo a los centros educativos en temas de convivencia y asesoramiento ante la indisciplina (por poner un ejemplo: el director de un centro de EPA, muy conocido de éste que escribe, se ha sentido desprotegido y abandonado a su suerte cuando ha requerido asesoramiento de los servicios centrales de Castilla-León y periféricos de educación de Valladolid, incluso despreciado); fomento de la EPA; regulación de la educación a distancia en los niveles no universitarios; potenciación de las infraestructuras y equipamiento, muy abandonado actualmente ante los fuertes recortes educativos que, en algún caso, alcanzan el 41,14% en educación.

Hay cuestiones de la educación de las que se puede prescindir, porque están suponiendo un gasto inútil, tanto en el MEC como en las Consejerías de Educación. Y ello lleva a que los profesionales de la docencia estén hartos de los Gobiernos. Mas si a todo ello añadimos que al docente le han rebajado una media de un 5,72% de su sueldo y en octubre le rebajarán otro cinco por ciento, pues no les cuento más. Pero ya saben: estamos en elecciones y todo hay que pintarlo de colores, algo a lo que algunos nos resistimos aun sabiendo que nos meten en las listas negras ‘peperas’.

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Una respuesta a “Pintemos la educación de colores.

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