Por Ignacio Fernández Candela.- «A esas picarescas ya estamos acostumbrados en el bagaje de ineptitud que caracteriza a esta manada carroñera, incapaz de gobernar o llevar a cabo un plan serio de previsión con efectividad en las resoluciones gubernativas. Es de suponer que, ante la incompetencia demostrada repetitivamente, siempre se justificarán estos elementos zafios del socialismo español eludiendo las responsabilidades inherentes a la función desempeñada.
Pero el problema no es sólo la inefectividad de las medidas o la inoperancia en este caso de un Ministro de Trabajo sinvergüenza, sino la perenne sombra de sospecha criminal- que se extiende con evidencias cada vez más acentuadas- que acompaña a la era zapaterista, como provocadores de una voluntaria disolución del orden económico e institucional con un programa previsto, incluso antes de apoltronarse zETAp en un poder cuyos orígenes se basan en una matanza sin autores intelectuales http://www.facebook.com/l/82767/conocidos.
No sería extraño que entre los pactos secretos hubiera una aquiescencia con el radicalismo terrorista, como un debilitamiento de una economía mal dirigida al día de hoy hasta la extenuación. A pocas horas de conocer si el Supremo deja fuera a ETA del espacio institucional, es de prever que se repita la misma jugada que permitió a los terroristas tener representación a través de ANV. Un primer «no» como negativa teatral, pasando a un «quizá» para después imponer una voluntad política que define el tácito acuerdo entre la banda terrorista y el gobierno http://www.facebook.com/l/82767/delicuescente. Si grave es la situación del paro con casi ya 5 millones de desahuciados sin una oportunidad laboral, lo agrava todo el hecho de que ETA disponga de unos fondos que pueden ser en el futuro causantes de una ofensiva terrorista en que dirigentes históricos, recientemente excarcelados, aún tengan protagonismo para radicalizar el panorama ya de por sí bastante precario. Al día de hoy si Bildu se cuela de nuevo en las Elecciones, deberíamos dar por hecho que no es casualidad tampoco una situación económica cuyas consecuencias podrían significar una desestabilización muy a propósito para cualquier situación , menos que el PP pueda gobernar con normalidad por muchas papeletas que lo voten. Se ha robado tanto y se ha delinquido ocultamente que no es posible pensar en un devenir democrático, sí en numerosos golpes de efecto en la misma línea de lo vivido estos siete años.»
