No faltan quienes se echan las manos a la cabeza ante acontecimientos hipócritas y frustrantes como el hecho de reconocer a Eguiguren su lucha por la paz, cuando de todos es sabido que no le importó poner de rodillas al Estado de Derecho o comprar coja y soltera la burra de los terroristas, con el único objetivo de salir en los papeles y borrar su imagen de maltratador de género, condena incluida. Bien es verdad que no solo Eguiguren hizo el ridículo ante ETA, pues también hubo otros “sabios” dispuestos a todo con tal de salvar su imagen. Lo que sí consiguieron fue que la imagen socialista se degradara hasta el ridículo y que quedara patente la mentira y el fraude permanente que ha acompañado a los Gobiernos de Rodríguez Zapatero en estos siete años, hoy un simple ‘Vendeburras’ para el pueblo, además de un gafe inconsciente, un mal gobernante y una rémora para el futuro cercano.