No hay más que echar una ojeada a las hemerotecas para comprobar que el presidente, Rodríguez `Vendeburras´, queda en evidencia. Tenemos al alcance la doble moral de un personaje siniestro en su actitud y en su credo; un personaje que lo mismo negocia con ETA mientras firma el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que hace lo contrario de lo que afirma. Hasta la forma de llegar a Moncloa sigue resultando preocupante y sospechosa, no por los votos que obtuvo aunque sí por la macabra situación que se dio en 2004. Por cierto una situación que nadie ha conseguido describir con tanta elegancia y majestuosidad como Ignacio Fernández Candela en su obra «La afilada navaja de Ockham II«.